Desde mi ingreso al colegio establecí mis primeras amistades. Se podría pensar que las amistades en edades tan tempranas no son verdaderas amistades porque aun no se tiene conciencia de muchas cosas. Pero en realidad, es lo contrario. Las amistades en la infancia son las más importantes porque son las que están ahí en esa parte tan importante del crecimiento. El amor y la amistad son puros en su totalidad. Incluso, en algunos casos, las amistades que se forjan tan temprano son tan fuertes que duran muchos años. Como es mi caso, con mis 4 mejores amigos.
Todos dicen que el bachillerato es la etapa más bonita, porque se hacen las amistades que duran toda la vida. Y tienen razón.
El bachillerato puede ser muy duro, complicado y frustrante si se está solo. Clases nuevas, maestros nuevos, un ambiente completamente distinto al de primaria. Es un cambio brusco y difícil incluso para los que ya tienen hechas amistades. Por ello, son necesarias las amistades para pasar por todo el proceso de transición. Yo y mis 4 mejores amigos se nos hizo difícil el cambio, pero juntos lo logramos, incluso añadimos a muchos más miembros en nuestros círculos de amistades.
Luego, más adelante, cuando ya el problema de el cambio de ambiente no es un problema, las demás relaciones sociales son lo que angustia a más de uno. Peleas, rompimientos, celos, parejas, mentiras, reconciliaciones. Un puñado de emociones se juegan en esta etapa, por muchas razones, tanto psicológicas, por el paso a la pubertad y la adolescencia, entre otras cosas. Pero, a fin de cuentas, los que al inicio éramos 4, ahora éramos toda una familia.
Ya luego viene el alivio y al mismo tiempo el dolor de cabeza de todo bachiller: La graduación. Desde el comienzo del año escolar hasta el final los alumnos van de pruebas de admisiones en pruebas de admisiones, entregando notas, imprimiendo una cantidad de papeleo que volvería loco a cualquiera. Pero al mismo tiempo tenemos la tristeza (y el alivio) de saber que se acabó. Se acabaron todos los dramas de colegio, el timbre, las caras conocidas de los profesores, el aire tan familiar y cálido que trae el colegio.
El solo pensarlo pone triste a cualquiera. Es allí cuando miras atrás y te das cuenta la cantidad de amigos que has hecho, las amistadas forjadas a sudor y lágrimas, y te duele aún más saber que ahora todos tomarán caminos separados.
Mis amigos y yo siempre, antes, durante y después de el colegio, hemos tenido una relación, por su puesto no tan cercana como en el colegio, pero si bastante más fuerte y valiosa que antes. Es ahora, en la universidad, cuando entiendes lo importantes que fueron esas amistades en tu vida y en tu formación como ser humano. En lo determinantes que fueron para la persona que eres hoy.
Las amistades hechas en la universidad son mucho más profesionales. Son amistades pocas las que duran luego, y si lo hacen, no serán ni la mitad de representativas en tu vida como lo fueron las que has hecho en tu tiempo en el colegio.
Aún así estas amistades prosperan y te ayudan a seguir progresando y seguir con tu formación profesional y como ser humano.
Me gusta cocinar, desde que aprendí a hacerlo como se debe, siento que es algo en lo puedo dejar mi creatividad que fluya y que, si tengo suerte, salga algo rico.
Me encanta el Fútbol y el Kickingball. Siempre he sentido la necesidad de hace deporte y desde pequeña los he desempeñado, sea cual sea.
Me gusta especi-almente el Kicking-ball porque el baseball es uno de mis deportes favoritos y el Kickingball es derivado de ese deporte. Además mis conocimientos de pateo, gracias al Fútbol, me sirven muchísimo en el Kickingball.
Me gusta dibujar. Igual que con la cocina, siento que es el momento perfecto para dejar que la creatividad fluya. Mis gustos a la pintura, el arte y el dibujo fueron, en parte, lo que me hicieron decidirme por la carrera de Ingeniería Civil.
Comencé mis estudios de preescolar a los 2 años, en el año 1998 en el Colegio Manuel Muñoz Tébar.
No repetí ningún nivel, por lo que ingresé al ciclo básico a la edad de 6 años.
Cursé todos los grados de el ciclo básico de primaria y llegué al nivel de bachillerato básico a la edad de 12 años.
Terminé el ciclo de básica de bachillerato, e ingresé al ciclo de diversificado con 15 años.
A los 16 años me gradué de Bachiller mención Ciencia.
A la mitad de el último año de bachillerato hice un curso de preparación para los estudios superiores en la UNIMET. Luego quise optar por la prueba de ubicación de la misma universidad.
Ingresé en el trimestre 2013-2014 en septiembre luego de mi graduación en julio.
Desde entonces he tenido un estudio continuo dividido en trimestres.
Actualmente curso el tercer trimestre de Ingeniería civil en la UNIMET.
Nací el 7 de Junio de 1996. Mi madre insiste, como cualquier madre del mundo, que era toda una ternura cuando bebé. Pero eso lo dejo a juicio de cada quien. Supongo que lo que diría cualquiera de mis familiares sobre mi de bebé sería lo enorme que mis ojos eran. Y digo "eran" porque, creo, son de un tamaño regular ahora. Por suerte. El cabello corto siempre, hasta tiempo después que mi mamá nunca más me cortó. De hecho, hay una anécdota bastante graciosa sobre eso, pero será en otra ocasión. Tengo un hermano mayor, de 4 años de diferencia, de nombre Jose Luis y que hasta el día de hoy tiene 21 años de edad.
Bueno, actualmente tengo 17 años. Físicamente soy bajita, de más o menos 1.60 m de estatura. Ojos marrones, sonrisa algo extraña y cabello corto, igualmente castaño (y extraño). Uso lentes, la mayoría del tiempo de contacto y en algunas ocasiones uso los de montura, cabe destacar que no veo absolutamente nada sin mis lentes. NADA.
En lo que respecta a mi cualidad lo más relevante, creo yo, es mi personalidad, perfeccionista y detallista. Y bastante sarcástico, me cuentan mis cercanos. En fin. Me considero una buena persona para pasar un rato después de clases, tímida en ocasiones (la mayoría), creativa, graciosa, sociable, carismática, hiperactiva, la mayoría del tiempo. Leal, buena amiga, confiable.
¿Mis hobbies? Bien. Tengo una obsesión con los deportes. Me encantan. Cualquiera que sea, lo practiqué en algún momento. De pequeña jugué Fútbol hasta casi 3er año de bachillerato, de ahí en adelante mi pasión a sido el Kickingball. Pertenezco, hoy en día, a la selección de kickingball de la UNIMET, como segunda base. Aparte de eso, cualquier deporte puedo jugarlo sin problema.
Cocinar nunca fue mi fuerte. No podía hacer más que agua hervida y cereal (en este último cabía la posibilidad que saliera mal). Pero desde hace unos años atrás, me dije a mi misma que tenía que valerme por mi misma para alimentar mi estómago, así que saqué el libro de cocina de mi abuela, que antes era de su abuela, que era de la abuela de ella, que era de la abuela de ella y la abuela de ella. En fin. Está de más decir que la cocina fue otra desde entonces. Con un desastre distinto las 24 horas del día. Hoy en día no solo puedo hacer cereal sin morir en el intento, sino que puedo prepararme un almuerzo "bien resuelto" y hasta con postre.
Los deportes extremos son otra de mis muchas obsesiones. Algo en lo que mi mamá esta totalmente en desacuerdo. Las montañas rusas gustan bastante, junto con toda las experiencias en gravedad 0, pero hace unos años le tomé gusto a la caída libre. Sea donde sea. Así que ese es mi nueva afición en lo que respecta a emociones extremas y llenas de adrenalina. De momento tengo una necesidad insaciable de salto en paracaídas.
+20.31.02.png)
